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Argentina a la carta

Hoy voy a hablar solo a las mujeres viajeras. Y quiero explicar el por qué.

Hace algunas semanas atrás desde el blog lancé una encuesta donde preguntaba a todos los miembros de la comunidad: ¿Cuál es tu problema Nº 1 para viajar?

Y aunque las respuestas fueron muy variadas, lo que llamó mucho mi atención fue que la mayoría de las mujeres tenían el mismo problema: Miedo a viajar sola.

Por eso decidí escribir este post y contarles no solo mi experiencia viajando sola sino todo lo que aprendí en esos viajes. Porque todas, pero absolutamente todas las mujeres que decidimos viajar solas sentimos miedo, pero está en ti decidir qué hacer con ese miedo.

 

La vida me empujó a viajar sola

 

La verdad es que me gustaría decir que siempre fui una viajera aguerrida que se ha lanzado al mundo sin miedo. Pero la realidad es muy distinta. Mi primer viaje sola lo hice sin querer.

En 2006 me fui con amigas al norte de Argentina. Luego de ese viaje yo me quedaría en Salta para encontrarme con un grupo con el que visitaría una comunidad Wichí del Chaco Salteño.

Una de mis amigas no terminaría su viaje con nosotras por que tenía compromisos en Buenos Aires, por lo que el último tramo del viaje lo haríamos solo 2.

Resulta que casi llegando al final mi amiga decide volverse de improvisto a Buenos Aires. Y me quede sola.

Viajar sola

El pánico

 

Estaba en la Quiaca. El último pueblito a metros de la frontera con Bolivia. Había encontrado alojamiento en una residencia donde solo había hombres. La mayoría de ellos choferes de camión que trasladaban mercaderías a ambos lados de la frontera.

Y ya sé lo que estarás pensando… “Ese no es un lugar para que una chica de 22 años ande sola”. Pero yo me creía muy valiente y pensaba que nada malo podía pasar.

Fui a despedir a mi amiga a la terminal de buses y cuando volví a la residencia un hombre que estaba sentado solo en una mesa del bar me susurra… “Ya sé que te quedaste sola…”

El terror se apoderó de mí. Quería huir de ese lugar. Era de noche, llovía a cantaros y ya no había más buses.

Le avisé al hombre de la recepción lo que había pasado y le dije “por favor no lo dejes subir”. Corrí a mi habitación y cerré la pueda con candado. Esa noche tardé una eternidad en dormirme. A cada sombra que veía pasar por la ventana me aterrorizaba. Al final me quedé rendida por el cansancio.

Las pesadillas que tuve esa noche las recuerdo hasta el día de hoy. Me desperté muy temprano, agarré mis cosas y me fui a Tilcara. Me alojé en un hostel administrado solo por mujeres. Necesitaba sentirme segura.

 

La transformación

 

Al día siguiente recibí un mensaje de mi grupo que decía que por las lluvias el viaje se retrasaría. Así que decidí irme a Jujuy. Allí encontré un hostel manejado por un señor de unos 50 y tantos años, Tito. Este hombre viudo había convertido su casa en un hostel.

El primer día me ofreció la habitación de su hija. Le dije que no, que prefería una habitación compartida. Todo me daba desconfianza.

El viaje se retrasó más, las lluvias no paraban. Tito empezó a preocuparse por mí como un padre. Quería que coma, que me abrigue. Un día me hizo pastas caseras, otro día guiso de garbanzos. Me contó de su hija, que estaba en Tucumán estudiando. Me decía que yo le hacía pensar a ella.

De a poco me fui relajando, lo empecé a ayudar a su negocio haciendo sándwiches, me llevó a pasear y todos los días me mandaba a hacer los mandados al mercado.

En unos días esa casa se transformó en mi hogar y él y los otros huéspedes en una pequeña familia transitoria. Comíamos juntos cada noche en una larga mesa. Aprendí mucho de la cultura jujeña, descubrí los sabores de su gastronomía y me hice grandes amigos.

Al final lo estaba disfrutando y ya no había vuelta atrás. El próximo viaje lo haría sola.

Viajar en solitario

 

Sentir miedo no es tu culpa

 

Desde niñas nos enseñan que el mundo es malo.

“No hables con extraños”
“Si alguien te ofrece una bebida no la aceptes”
“No camines por la calle sola”
“Cúbrete un poco, esa falda es muy corta”
“No subas a un taxi sola en la noche”

Cuando en 2009 anuncié a los cuatro vientos que me iba de viaje sola sin pasaje de regreso la frase que más escuche fue “Estás loca”.

Y es que a pesar de que hoy las cosas están empezando a cambiar (aunque aún falte un laaaargo recorrido) vivimos en un sociedad machista. Basta solo con leer las noticias para darse cuenta que este mundo no es amable con las mujeres.

Por eso es que no tienes que sentirte culpable de sentir miedo a lanzarte a la aventura. Por que todo lo que te rodea te muestras que tener miedo es lo correcto.

Pero el tema es qué hacer con ese miedo ¿Dejar que te paralice y se interponga entre tú y tus deseos?

¡NO!  Viaja, y si sientes miedo, viaja con miedo.

 

La mayoría de la gente es buena

 

Una de las cosas que aprendí viajando sola fue que, aunque nos digan que el mundo es malo, la realidad es que el 95% de las personas son buenas.

La experiencia horrible que tuve con ese hombre en la Quiaca fue una de solo dos experiencias incomodas que viví en todos mis viajes en solitario.

Pero si me quedaba con esa sensación y volvía a refugiarme en la “seguridad” de mi casa pensando que el mundo es malo, me hubiera perdido de conocer personas increíbles.

Gracias a mis viajes en solitario encontré gente de lo más diversa que me enseñó mucho, hice grandes amigos que conservo hasta el día de hoy y hasta conocí a mi marido con el que tenemos un hijo maravilloso.

Refugiándonos en nuestra zona de confort no ganamos en seguridad, perdemos experiencias de vida.

 

El riesgo real de viajar sola

 

Sí, viajar sola tiene sus riesgos. Y cuando digo esto seguro pensarás que hablo de los peligros que debes enfrentar. Y aunque existen, la probabilidad de que te sucedan son muy pero muy bajas.

En cambio te aseguro los verdaderos riegos de viajar sola, los que no podrás evitar son:

Viajar sola 

Y querrás más, y más. Esto es un camino de ida, sabes dónde empieza, pero no donde termina. ¡Deja que la vida te sorprenda!

 

Tips para emprender tu primer viaje sola

 

1. Usa la planificación como herramienta para darte seguridad

Cuando un gran viaje está bien planificado con la suficiente anticipación te permitirá relajarte en tu destino para solo preocuparte por disfrutar. Por eso:

 2. Hazle caso a tu instinto

Esto es fundamental. Si en un lugar, una situación o con una persona no te sientes cómoda, vete. Si es necesario pon cualquier excusa, olvide que tengo que hacer una llamada, olvide algo en mi hotel, no tengo batería en el móvil y tengo que volver…

3. Ten siempre un móvil contigo 

Intenta tenerlo siempre con batería suficiente (puedes comprar un cargador portátil). Y recuerda ponerle una tarjeta SIM con un número local.

4. Informa a tus seres queridos sobre tu viaje

Comparte tu itinerario con tu gente, alojamientos, vuelos, excursiones, etc.

5. Infórmate sobre tu destino

Sobre todo sobre costumbres y tradiciones. El respeto empieza por una así que es muy importante que conozcas estos aspectos para no generar momentos incomodos con personas locales.

6. Cuida tus documentos

Guárdalos siempre en un lugar seguro y lleva contigo copias.

7. Haz un Tour a pie

Es una excelente alternativa para conocer una ciudad y de paso encontrarás personas que hablarán tu mismo idioma.

8. Lleva un equipaje que puedas trasladar

Cuando armes tu maleta asegúrate de que será fácil de trasladar. Recuerda que estarás sola y querrás evitar momentos incomodos. Una buena estrategia es armarla, y una vez lista sacar la mitad.

9. Haz un diario de viaje

Hay momentos donde quizás puedas sentirte sola. Aprovecha ese momento para reflexionar y escribir sobre lo que estas viviendo. Te puedo asegurar que lo leerás unos años después y te sorprenderás de ti misma.

10. Lleva un mini trípode o un selfie stick

A veces no encontrarás a nadie que te haga una foto y en un momento querrás otro encuadre que no sea una selfie (y entre nosotras las fotos que te sacará un extraño siempre serán malas jaja)

11. Contrata un seguro de viaje

Cuando viajamos estamos solas para todo, también si nos enfermamos. Por eso es fundamental contar con un seguro de viaje.

 

Y si aún con toda esta información no te animas a viajar sola, haz un viaje de grupo. Cada vez hay más salidas grupales solo para mujeres. Únete a otras mujeres que tienen las mismas inquietudes que tú y haz una primera experiencia antes de partir sola.

 

¿Tienes más dudas? ¿Hay algún tema que no haya mencionado y te parezca importante?

Cuéntame todo lo que necesites en los comentarios, te leo…

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